Potencia Obrera: nuestras propuestas
“Un concepto es un ladrillo. Se puede usar para construir un templo de la razon o puede ser tirado por la ventana.”
“'Es la primera vez,’ dijo Burke, ‘que unos hombres hacen pedazos su patria de una manera tan bárbara.’ Parecía en efecto como si de desgarrar cuerpos vivos, pero no se trataba, más que de despedazar cadáveres." —Alexis de Tocqueville, El Antiguo Régimen y la Revolución (1856)
Proposición I: EL TRABAJADOR
Ahora, paradójicamente, en oposición a lo sucedido en la era industrial cuando el capitalismo florecía, se ha vuelto aparente que hemos sido despojados de nuestra finitud, nuestra salud y nuestra libertad. El capital nos priva de nuestro potencial, mientras a la par nos canta canciones sobre el mismo.
El capital ha absorbido todo; solo la comodidad ronda libre. El trabajador se encuentra presente en todo lugar; pero en todo lugar se sienteimpotente. Imperio no solo logro proliferar geográficamente el capital, sino expandirlo a toda tierra, sea esta voluntaria o no.
En sintonía, el capital se ha internalizado. La ideología del individualismo se ha convertido en una forma de vida – y a una escala masiva,global. Inclusive al punto que debemos preguntar “¿Qué es un trabajador exactamente?” El trabajador tiene poco y casi nulo significado en Imperio – todos son puestos a trabajar. El concepto de trabajador se desarrolla más allá de cualquier substancia. Toda la humanidad trabaja – trabajo largo, tedioso, aburrido, y agobiante.
“¿Puede extrañar que la prisión celular con sus cronologías ritmadas, su trabajo obligatorio, sus instancias de vigilancia y de notación, con sus maestros de normalidad, que relevan y multiplican las funciones del juez, se haya convertido en el instrumento moderno de la penalidad? ¿Puede extrañar que la prisión se asemeje a las fábricas, a las escuelas, a los cuarteles, a los hospitales, todos los cuales se asemejan a las prisiones?” — Michel Foucault, Vigilar y castigar
Todo aspecto de la civilización capitalista e imperialista es el trabajo. Desde la clase, a la oficina y hasta las prisiones: TRABAJO. (sust.) una servidumbre obsesionada con la habilidad de producir el arquetipo de productos: dosilidad, precision y rapidez. Las idiosincrasias de cada individuo son meramente el trabajo, solo difiriendo en el tipo de trabajo realizado. Las prisiones reflejan el afuera, mientras que existen como distorsión de nuestro prisionero interior.
Somos reclusos y las imágenes de reclusos.
En las escuelas, pagamos con esperanzas de ser pagados. En las prisiones, trabajamos con esperanza de ganar “tiempo libre”, o al menos distracción de fuera de la celda. En internet buscamos conseguir trabajo. En el trabajo esperamos conseguir tiempo libre. Cuando estamos en el bar, trabajamos para ganar capital social. En el cuarto, trabajamos para que el otro nos deba un favor, esperando así conseguir lo que nosotros queremos. Todo es medios para un fin; pero el fin no llega. Nunca. El régimen del trabajo es omnipresente: nada se hace gratis, por lo tanto nadie es libre. La automatización y la inminencia del trabajo se fuerzan sobre los trabajadores como danzas Capitales al sonido de los huesos de sus espaldas quebrándose.
Proposición II: GUERRA CIVIL
''Se terminó, no lo entendes? Tu tiempo se terminó y vas a morir de una puta vez, todo lo que puedes hacer es elegir donde'' — Comisario Ray Bledsoe, Butch Cassidy y el Chico Sundance.
“Scandalous, money greed and lust
In this trife life, there ain't nobody you can trust
Plus there`s no justice, it`s just us
In fact, watchin` yo back it be must
And each and everyday around the way gats bust
And jealous so-called friends`ll try to set you up
It`s called betrayal”— Gangstarr, Betrayal
Los Juegos Olímpicos en Londres, 2012, uno de las formas más grandes de espectáculo internacionalizado (también llamado “espectáculo de la riqueza” por un grupo de militantes), en principio fueron recibidos con hastió e indignación latente. Una vez que los que estaban en las líneas frontales fueron llevados a su punto de quiebre, el espectáculo se vio amenazado, y por ellos estuvo al borde de caer de la forma másmediática posible: un grupo de militantes publicaron, “No queremos turistas ricos – queremos una guerra civil.” Pareció como si las “autoridades” encontraron el postulado de esta a vierta pero pequeña agrupación de trabajadores de bloquear el paso a la metrópolis profundamente amenazador (“Ninguna unión no movimiento toma nuestras decisiones,” afirmaron). Es fácil exhibir (incluso atreves de los medios) las vulnerabilidad de El Estado. Nadie dijo que la guerra requiere armas; requiere acciones. Esto a menudo sucede dentro de lo indistinguible de la acción, o de la amenaza de guerra civil.
Aunque la guerra civil sea impuesta sobre nosotros, sigue operando como un emplazamiento para la concentración de singularidades. La guerra civil es el punto focal en el cual la insurrección rompe las costuras.
Catástrofes ambientales, crisis económicas, apocalipsis, GUERRA. Todo sucede a tu alrededor—incluso adentro tuyo. “Todo va a acabar pronto, solo lo sé.” La traición es solo un intento de evitar elegir un bando--Persiguiendo la indiferencia. Esto solo termina en estar del lado equivocado de la guerra. No obstante, la traición es solamente un eufemismo para guerra por llegar.
El cuerpo compuesto al que consideramos cultura solo puede comunicarse a través de un espectáculo. Nuestro racimo de independencias solitarias (Ayn Rand – posee autómatas) que consideramos nuestra ‘sociedad’ se propaga a si misma sobre sí misma. No termina; la guerra civil nunca termina, a menos que nosotros nos convirtamos en la (multidimensional, multiaxial, irreconocible, cacofónica) guerra.
Así es como la granja de justicia barbecho se convierte en un campo de batalla: la guerra es la total ausencia de justicia (i.e., eficiencia diciendo quien tiene poder legitimo).
Aun así, nuestra mira no es nivelar el campo de juego, pero hacer florecer este desolado terreno a través de la intensificación de la lucha: a eso es a lo que llamamos solidaridad. Nosotros construimos este mundo, podemos hacerlo otra vez.
¡Nos rehusamos a esperar. Nuestro tiempo es ahora!
Proposición III: INSURRECCION
“-Ya te dije, tito, que nosotros no reconocemos autoridades,” indicó Arkadii, terciando en la conversación.
-Nosotros actuamos en virtud de aquello que reconocemos útil -
declaró Basarov-. En los tiempos actuales, lo más útil de todo es negar... y nosotros negamos.
-¿Todo?
-Todo.”
En la era de la “Guerra Contra el Terror,” es difícil definir la insurrección sin antes confrontar la lucha contra dicha insurrección. Hay una amenaza a de terror que postula el terrorismo, y un terrorismo que preserva la amenaza de terror, una contra-insurrección que prevé la insurrección. Así, la lucha contra la insurrección crea lo que dice combatir.
A pesar del deus ex machina del materialismo dialectico, el liberalismo, o las promesas que vomita la izquierda en general: el capitalismo está en crisis—otra vez.
La narrativa del materialismo dialectico—que empezó en la era medieval—predijo un cambio gradual a través del inevitable conflicto entre el trabajador y el dueño de los medios de producción. Conocemos que esto puede engendrar estancamiento. Nuestra ambición es cristalizarnuestra época: “Los calendarios miden el tiempo, pero no como relojes. Son monumentos de una conciencia histórica, de la cual en Europa, desde hace cien años, parece haberse perdido todo rastro. Todavía durante la Revolución de Julio se registró un episodio que mostraba esa conciencia saliendo por sus fueros. Cuando cayó la noche del primer día de combate ocurrió que en muchos lugares de París, independientemente y al mismo tiempo, hubo disparos contra los relojes de las torres. Un testigo ocular, cuyo acierto resultó tal vez de la rima, escribió entonces:
Qui le croirait!
On dit qu'rrités contre l'heure
De nouveaux Josués, au pied de chaque tour.
Tiraient sur les cadrans pour arrêter le jour. — Walter Benjamin, Sobre el concepto de historia
La insurrección parece accionar como este axioma fundamental: una continua rotura en lo cotidiano. Este evento, atacando mientras excita, parece grabar una marca en la matriz de la historia. En nuestra propia época, este éxodo revolucionario no es el único acto de abandono del capitalismo, pero también defendiendo en contra del restructuramiento, de la auto-revisión, y la resurrección prefiguraría habituales en el Capital. La insurrección, viniendo del latín tardío insurgere, significando “levantado o sublevado,” se distingue a si misma de resurrección (del anglo-francés, resurrectiun, significando “la resurrección de Cristo,” y más directamente del Latín resurrectionem, “levantarse nuevamente de los muertos”). Constantemente vemos resurgencias pero solo una vez se ve la insurgencia.
Para encarnar la lógica de la insurrección, no debemos esperar más, sino construir una fuerza material.
La fantasmagoría de la izquierda contemporánea está en su habilidad para malinterpretar la retórica radical mientras perpetra en su debilidad.
Hablan mucho, pero valen poco.
Se paren donde se paren—la calle, el parlamento, el estudio, el departamento, el café, la oficina, la cola de un lugar de comida rápida, la frontera, la fabrica--se paran con la cabeza colgando.
Nuestra época es la época en la que nos negamos a ser usados como escudos y mano de obra gratuita para la causa activista. Nuestro éxodo de sus ghettos sociales será la iluminación de su trivialidad; nuestra salida de sus mantras va a ser la máxima para el progreso verdadero. Trazar la línea entre nosotros mismos y nuestros enemigos nos permitirá operar en la grieta entre el Estado y la multitud.
Proposición IV: COMUNISMO
“El mundo no es ni verdadero ni real, sino viviente.”- Gilles Deleuze, Nietzsche & filosofía
“Porque la insuficiencia de la critica anarquista y marxiana del Estado ha sido precisamente la de no haber ni siquiera entrevisto esa estructura y haber así omitido expeditivamente el arcanum imperii, como si este no tuviera consistencia alguna fuera de los simulacros y de las ideologías que se habían alegado para justificarlo. Pero ante un enemigo cuya estructura se desconoce, siempre se acaba, antes o después, por intensificarse con el. y la teoría del Estado (y en particular del estado de excepción, es decir, la dictadura del proletariado como fase de transición hacia la sociedad sin Estado) es precisamente el escollo en que han naufragado las revoluciones de nuestro siglo.”- Giorgio Agamben, Homo sacer: El poder soberano & la nuda vida
Comunismo —una sociedad sin clases, sin estados. El uso de términos tan vagos como “sin clases” o “sin estados” no requiere una exposición de la historiografía o las formas rudimentarias de estados o clases. Las ambigüedades invocadas por la idea, o las ideologías lingüísticas, detrás de las nociones de estados o clases significan que nosotros entendemos estas nociones como terminologías en lugar de términos. La falta de estabilidad lingüística (o de si estado semántico) alrededor de la idea del comunismo permite a la experimentación, la creatividad y la democracia—la constante reformulación del comunismo. Esto no conlleva una preferencia por la metodología sincrónica sobre la metodología diacrónica. Por el contrario, significa una metodología anti-reductiva y participatoria.
Entonces el comunismo no requiere a Marx. Además, a pesar de lo que parece irreversible, el comunismo no necesita a la Unión Soviética. Sumado a esto, los Soviets no fueron de ningún modo una forma de expresión comunista. La Unión Soviética distorsionó el comunismo con una egida para la débil teoría Leninista, purgada de todo marxismo. Stalin, a su vez, uso el comunismo como protección—como algo para cubrirse—cada vez que el espectador del capitalismo inducido desde el estado (¡y sponsoreado!).
La marchitación de el verdadero espectador del comunismo que se llamaba a si mismo “comunista” probo ser más destructivo incluso que la Armada Blanca; Entonces, la rebelión Kronstadt. Lo que muchas veces es considerado “Comunismo de Guerra” es solo una exhibición de las fallas y frustraciones de los Bolsheviks. Un solo partido nunca podrá elaborar o expandir la cultura. Como la historia nos lo presenta, para bien o para mal, toma una multitud entera para alcanzar semejante meta.
Construir fuerza. Usar nuestro poder. Amarnos locamente. Ayudar a un camarada. Sanar sus heridas. Conocer a un extraño, sin el medio ni el pretexto del dinero. La aniquilación de la artillería. El simple hecho de estar para alguien que lo necesite. Destruir, en todo tiempo y lugar, toda forma de dominación. Brindar libertad al discurso. Incitar a compartir. Esparcir la anarquía. Vivir.
Por cada escuela, por cada lugar de trabajo, por cada pueblo, por cada Amistad, por cada prisión, por cada familia y por cada frontera—tenemos una alternativa. Ya no es suficiente que solo aceptemos nuestra propia transformación a las comodidades postmodernistas sin hacer nada al respecto, sin políticas de participación. Mientras rompemos las ataduras al mundo viejo, debemos construir un mundo sin cadenas. Nosotros debemos componer el poder que contrapesa y reflejan los poderes del control. Para realmente destruir los edificios del estado, debemos simultáneamente construir nuestros propios edificios. En la escuela, tener discurso verdadero. En el trabajo, echar al jefe. En las calles, pelear contra la poli-migra. En tu comunidad, manifestar participación real. (Déjenos aclarar; sin importar cuánto creamos en la revolución molecular, solo vemos el estilo de vida de la insurrección como un medio para la insurrección en masse. Los poderes de contrapeso solo son nuestra infraestructura para mantener el comunismo a gran escala.)
Todas las relaciones son políticas. Esta no es nuestra elección, pero si nuestra realidad. Amar no es amar los predicados de alguien, ni señalar sus rasgos, ni caracterizar.
Amar no es abstraer cualidades.
Amar es el amor profundo. Esto no es una meta, sino una mira. Esta es la sociedad que vamos a armar. Rechazar la noción de calificación y evaluación es antípoda a la relación capitalista.
Esto es lo que deseamos. Esto es lo que queremos decir por comunismo. Así es como construimos el poder de contrapeso. Así es como construimos las comunas.
¡Todo potencia a las comunas!
“'Es la primera vez,’ dijo Burke, ‘que unos hombres hacen pedazos su patria de una manera tan bárbara.’ Parecía en efecto como si de desgarrar cuerpos vivos, pero no se trataba, más que de despedazar cadáveres." —Alexis de Tocqueville, El Antiguo Régimen y la Revolución (1856)
Proposición I: EL TRABAJADOR
Ahora, paradójicamente, en oposición a lo sucedido en la era industrial cuando el capitalismo florecía, se ha vuelto aparente que hemos sido despojados de nuestra finitud, nuestra salud y nuestra libertad. El capital nos priva de nuestro potencial, mientras a la par nos canta canciones sobre el mismo.
El capital ha absorbido todo; solo la comodidad ronda libre. El trabajador se encuentra presente en todo lugar; pero en todo lugar se sienteimpotente. Imperio no solo logro proliferar geográficamente el capital, sino expandirlo a toda tierra, sea esta voluntaria o no.
En sintonía, el capital se ha internalizado. La ideología del individualismo se ha convertido en una forma de vida – y a una escala masiva,global. Inclusive al punto que debemos preguntar “¿Qué es un trabajador exactamente?” El trabajador tiene poco y casi nulo significado en Imperio – todos son puestos a trabajar. El concepto de trabajador se desarrolla más allá de cualquier substancia. Toda la humanidad trabaja – trabajo largo, tedioso, aburrido, y agobiante.
“¿Puede extrañar que la prisión celular con sus cronologías ritmadas, su trabajo obligatorio, sus instancias de vigilancia y de notación, con sus maestros de normalidad, que relevan y multiplican las funciones del juez, se haya convertido en el instrumento moderno de la penalidad? ¿Puede extrañar que la prisión se asemeje a las fábricas, a las escuelas, a los cuarteles, a los hospitales, todos los cuales se asemejan a las prisiones?” — Michel Foucault, Vigilar y castigar
Todo aspecto de la civilización capitalista e imperialista es el trabajo. Desde la clase, a la oficina y hasta las prisiones: TRABAJO. (sust.) una servidumbre obsesionada con la habilidad de producir el arquetipo de productos: dosilidad, precision y rapidez. Las idiosincrasias de cada individuo son meramente el trabajo, solo difiriendo en el tipo de trabajo realizado. Las prisiones reflejan el afuera, mientras que existen como distorsión de nuestro prisionero interior.
Somos reclusos y las imágenes de reclusos.
En las escuelas, pagamos con esperanzas de ser pagados. En las prisiones, trabajamos con esperanza de ganar “tiempo libre”, o al menos distracción de fuera de la celda. En internet buscamos conseguir trabajo. En el trabajo esperamos conseguir tiempo libre. Cuando estamos en el bar, trabajamos para ganar capital social. En el cuarto, trabajamos para que el otro nos deba un favor, esperando así conseguir lo que nosotros queremos. Todo es medios para un fin; pero el fin no llega. Nunca. El régimen del trabajo es omnipresente: nada se hace gratis, por lo tanto nadie es libre. La automatización y la inminencia del trabajo se fuerzan sobre los trabajadores como danzas Capitales al sonido de los huesos de sus espaldas quebrándose.
Proposición II: GUERRA CIVIL
''Se terminó, no lo entendes? Tu tiempo se terminó y vas a morir de una puta vez, todo lo que puedes hacer es elegir donde'' — Comisario Ray Bledsoe, Butch Cassidy y el Chico Sundance.
“Scandalous, money greed and lust
In this trife life, there ain't nobody you can trust
Plus there`s no justice, it`s just us
In fact, watchin` yo back it be must
And each and everyday around the way gats bust
And jealous so-called friends`ll try to set you up
It`s called betrayal”— Gangstarr, Betrayal
Los Juegos Olímpicos en Londres, 2012, uno de las formas más grandes de espectáculo internacionalizado (también llamado “espectáculo de la riqueza” por un grupo de militantes), en principio fueron recibidos con hastió e indignación latente. Una vez que los que estaban en las líneas frontales fueron llevados a su punto de quiebre, el espectáculo se vio amenazado, y por ellos estuvo al borde de caer de la forma másmediática posible: un grupo de militantes publicaron, “No queremos turistas ricos – queremos una guerra civil.” Pareció como si las “autoridades” encontraron el postulado de esta a vierta pero pequeña agrupación de trabajadores de bloquear el paso a la metrópolis profundamente amenazador (“Ninguna unión no movimiento toma nuestras decisiones,” afirmaron). Es fácil exhibir (incluso atreves de los medios) las vulnerabilidad de El Estado. Nadie dijo que la guerra requiere armas; requiere acciones. Esto a menudo sucede dentro de lo indistinguible de la acción, o de la amenaza de guerra civil.
Aunque la guerra civil sea impuesta sobre nosotros, sigue operando como un emplazamiento para la concentración de singularidades. La guerra civil es el punto focal en el cual la insurrección rompe las costuras.
Catástrofes ambientales, crisis económicas, apocalipsis, GUERRA. Todo sucede a tu alrededor—incluso adentro tuyo. “Todo va a acabar pronto, solo lo sé.” La traición es solo un intento de evitar elegir un bando--Persiguiendo la indiferencia. Esto solo termina en estar del lado equivocado de la guerra. No obstante, la traición es solamente un eufemismo para guerra por llegar.
El cuerpo compuesto al que consideramos cultura solo puede comunicarse a través de un espectáculo. Nuestro racimo de independencias solitarias (Ayn Rand – posee autómatas) que consideramos nuestra ‘sociedad’ se propaga a si misma sobre sí misma. No termina; la guerra civil nunca termina, a menos que nosotros nos convirtamos en la (multidimensional, multiaxial, irreconocible, cacofónica) guerra.
Así es como la granja de justicia barbecho se convierte en un campo de batalla: la guerra es la total ausencia de justicia (i.e., eficiencia diciendo quien tiene poder legitimo).
Aun así, nuestra mira no es nivelar el campo de juego, pero hacer florecer este desolado terreno a través de la intensificación de la lucha: a eso es a lo que llamamos solidaridad. Nosotros construimos este mundo, podemos hacerlo otra vez.
¡Nos rehusamos a esperar. Nuestro tiempo es ahora!
Proposición III: INSURRECCION
“-Ya te dije, tito, que nosotros no reconocemos autoridades,” indicó Arkadii, terciando en la conversación.
-Nosotros actuamos en virtud de aquello que reconocemos útil -
declaró Basarov-. En los tiempos actuales, lo más útil de todo es negar... y nosotros negamos.
-¿Todo?
-Todo.”
En la era de la “Guerra Contra el Terror,” es difícil definir la insurrección sin antes confrontar la lucha contra dicha insurrección. Hay una amenaza a de terror que postula el terrorismo, y un terrorismo que preserva la amenaza de terror, una contra-insurrección que prevé la insurrección. Así, la lucha contra la insurrección crea lo que dice combatir.
A pesar del deus ex machina del materialismo dialectico, el liberalismo, o las promesas que vomita la izquierda en general: el capitalismo está en crisis—otra vez.
La narrativa del materialismo dialectico—que empezó en la era medieval—predijo un cambio gradual a través del inevitable conflicto entre el trabajador y el dueño de los medios de producción. Conocemos que esto puede engendrar estancamiento. Nuestra ambición es cristalizarnuestra época: “Los calendarios miden el tiempo, pero no como relojes. Son monumentos de una conciencia histórica, de la cual en Europa, desde hace cien años, parece haberse perdido todo rastro. Todavía durante la Revolución de Julio se registró un episodio que mostraba esa conciencia saliendo por sus fueros. Cuando cayó la noche del primer día de combate ocurrió que en muchos lugares de París, independientemente y al mismo tiempo, hubo disparos contra los relojes de las torres. Un testigo ocular, cuyo acierto resultó tal vez de la rima, escribió entonces:
Qui le croirait!
On dit qu'rrités contre l'heure
De nouveaux Josués, au pied de chaque tour.
Tiraient sur les cadrans pour arrêter le jour. — Walter Benjamin, Sobre el concepto de historia
La insurrección parece accionar como este axioma fundamental: una continua rotura en lo cotidiano. Este evento, atacando mientras excita, parece grabar una marca en la matriz de la historia. En nuestra propia época, este éxodo revolucionario no es el único acto de abandono del capitalismo, pero también defendiendo en contra del restructuramiento, de la auto-revisión, y la resurrección prefiguraría habituales en el Capital. La insurrección, viniendo del latín tardío insurgere, significando “levantado o sublevado,” se distingue a si misma de resurrección (del anglo-francés, resurrectiun, significando “la resurrección de Cristo,” y más directamente del Latín resurrectionem, “levantarse nuevamente de los muertos”). Constantemente vemos resurgencias pero solo una vez se ve la insurgencia.
Para encarnar la lógica de la insurrección, no debemos esperar más, sino construir una fuerza material.
La fantasmagoría de la izquierda contemporánea está en su habilidad para malinterpretar la retórica radical mientras perpetra en su debilidad.
Hablan mucho, pero valen poco.
Se paren donde se paren—la calle, el parlamento, el estudio, el departamento, el café, la oficina, la cola de un lugar de comida rápida, la frontera, la fabrica--se paran con la cabeza colgando.
Nuestra época es la época en la que nos negamos a ser usados como escudos y mano de obra gratuita para la causa activista. Nuestro éxodo de sus ghettos sociales será la iluminación de su trivialidad; nuestra salida de sus mantras va a ser la máxima para el progreso verdadero. Trazar la línea entre nosotros mismos y nuestros enemigos nos permitirá operar en la grieta entre el Estado y la multitud.
Proposición IV: COMUNISMO
“El mundo no es ni verdadero ni real, sino viviente.”- Gilles Deleuze, Nietzsche & filosofía
“Porque la insuficiencia de la critica anarquista y marxiana del Estado ha sido precisamente la de no haber ni siquiera entrevisto esa estructura y haber así omitido expeditivamente el arcanum imperii, como si este no tuviera consistencia alguna fuera de los simulacros y de las ideologías que se habían alegado para justificarlo. Pero ante un enemigo cuya estructura se desconoce, siempre se acaba, antes o después, por intensificarse con el. y la teoría del Estado (y en particular del estado de excepción, es decir, la dictadura del proletariado como fase de transición hacia la sociedad sin Estado) es precisamente el escollo en que han naufragado las revoluciones de nuestro siglo.”- Giorgio Agamben, Homo sacer: El poder soberano & la nuda vida
Comunismo —una sociedad sin clases, sin estados. El uso de términos tan vagos como “sin clases” o “sin estados” no requiere una exposición de la historiografía o las formas rudimentarias de estados o clases. Las ambigüedades invocadas por la idea, o las ideologías lingüísticas, detrás de las nociones de estados o clases significan que nosotros entendemos estas nociones como terminologías en lugar de términos. La falta de estabilidad lingüística (o de si estado semántico) alrededor de la idea del comunismo permite a la experimentación, la creatividad y la democracia—la constante reformulación del comunismo. Esto no conlleva una preferencia por la metodología sincrónica sobre la metodología diacrónica. Por el contrario, significa una metodología anti-reductiva y participatoria.
Entonces el comunismo no requiere a Marx. Además, a pesar de lo que parece irreversible, el comunismo no necesita a la Unión Soviética. Sumado a esto, los Soviets no fueron de ningún modo una forma de expresión comunista. La Unión Soviética distorsionó el comunismo con una egida para la débil teoría Leninista, purgada de todo marxismo. Stalin, a su vez, uso el comunismo como protección—como algo para cubrirse—cada vez que el espectador del capitalismo inducido desde el estado (¡y sponsoreado!).
La marchitación de el verdadero espectador del comunismo que se llamaba a si mismo “comunista” probo ser más destructivo incluso que la Armada Blanca; Entonces, la rebelión Kronstadt. Lo que muchas veces es considerado “Comunismo de Guerra” es solo una exhibición de las fallas y frustraciones de los Bolsheviks. Un solo partido nunca podrá elaborar o expandir la cultura. Como la historia nos lo presenta, para bien o para mal, toma una multitud entera para alcanzar semejante meta.
Construir fuerza. Usar nuestro poder. Amarnos locamente. Ayudar a un camarada. Sanar sus heridas. Conocer a un extraño, sin el medio ni el pretexto del dinero. La aniquilación de la artillería. El simple hecho de estar para alguien que lo necesite. Destruir, en todo tiempo y lugar, toda forma de dominación. Brindar libertad al discurso. Incitar a compartir. Esparcir la anarquía. Vivir.
Por cada escuela, por cada lugar de trabajo, por cada pueblo, por cada Amistad, por cada prisión, por cada familia y por cada frontera—tenemos una alternativa. Ya no es suficiente que solo aceptemos nuestra propia transformación a las comodidades postmodernistas sin hacer nada al respecto, sin políticas de participación. Mientras rompemos las ataduras al mundo viejo, debemos construir un mundo sin cadenas. Nosotros debemos componer el poder que contrapesa y reflejan los poderes del control. Para realmente destruir los edificios del estado, debemos simultáneamente construir nuestros propios edificios. En la escuela, tener discurso verdadero. En el trabajo, echar al jefe. En las calles, pelear contra la poli-migra. En tu comunidad, manifestar participación real. (Déjenos aclarar; sin importar cuánto creamos en la revolución molecular, solo vemos el estilo de vida de la insurrección como un medio para la insurrección en masse. Los poderes de contrapeso solo son nuestra infraestructura para mantener el comunismo a gran escala.)
Todas las relaciones son políticas. Esta no es nuestra elección, pero si nuestra realidad. Amar no es amar los predicados de alguien, ni señalar sus rasgos, ni caracterizar.
Amar no es abstraer cualidades.
Amar es el amor profundo. Esto no es una meta, sino una mira. Esta es la sociedad que vamos a armar. Rechazar la noción de calificación y evaluación es antípoda a la relación capitalista.
Esto es lo que deseamos. Esto es lo que queremos decir por comunismo. Así es como construimos el poder de contrapeso. Así es como construimos las comunas.
¡Todo potencia a las comunas!